Rubén Pozo se pone más gore que nunca con el vídeo de Caperucita feroz. Conociendo a la versión hardcore de caperucita y entre motosierras, descarga esta píldora de guitarras afiladas y estribillo burbujeante. Una pesadilla nocturna protagonizada por un Rubén Pozo que, guitarra en ristre, intenta sobrevivir en una suerte de versión cruenta del icónico cuento popular.
Caperucita feroz fue el primer adelanto de su nuevo álbum Habrá que vivir. Significa el regreso de Rubén Pozo después de En marcha, el álbum de 2015 en el que exploró el rock desde una amplia variedad de ópticas: del folk a la ranchera, en acústico o eléctrico, acelerado o con el freno puesto. Fue un disco de aire californiano, con guitarras que guiñaban el ojo a Tom Petty o The Byrds.
No abandona del todo esa influencia americana en Habrá que vivir, su tercer álbum, un disco más Rubén Pozo, más madrileño, más pegadizo. Y también más divertido. Este Caperucita feroz es una buena muestra, casi un juego con el que Rubén entretiene y se entretiene, sin perder de vista que el rock es el punto de partida y el objetivo final de sus composiciones. Auténtico rock madrileño, como se ha dicho tantas veces, en la línea de un estilo que tejieron bandas como Burning, Leño o Tequila.
Cinco años después de iniciar su camino en solitario, entrega Rubén un álbum sin fisuras, sólido, convincente. Generoso también, y rebosante de eso que los especialistas llaman actitud, un intangible que define a la perfección la forma que tienen tipos como Rubén de enfrentarse a la música y particularmente al rock.