A veces, en esto de la música, uno no sabe si está ante un loco o ante un idiota. ¡Qué irónica es la vida! De pequeños, los niños quieren llegar a ser estrellas de la música, vender mucho (sic) y subirse a un escenario; ser populares, pero no caer en el fracaso, ¿pues acaso la fama maquilla el tropiezo? Hay en Rubén Pozo y Lichis un aura de perdedores que sobreviven con elegancia en el noble arte del rock and roll.
Después de Pereza (en el caso de Rubén) y La Cabra Mecánica (en el de Lichis), los dos publicaron sus respectivos trabajos en solitario. Rubén firmó Lo que más (Sony, 2012), En marcha (Sony, 2015) y Habrá que vivir (Sony, 2017). En lo tocante a Lichis, Modo avión (2014) y Mariposas & torneos de verano serían los dos largos de su discografía hasta el día de hoy, sin olvidar otros proyectos en los que ha participado, como La Pandilla Voladora, Miguelito o losTroublemakers Blues Review. El 30 de mayo de 2018, se supo que Rubén y Lichis estaban ensayando juntos. Se gestaba Mesa para dos. «Tanto Rubén como yo hemos iniciado nuestras carreras en solitario en un momento en el que nada invitaba a hacerlo: o música independiente o revival, y no estamos ni en un lado ni en el otro. Nuestros conciertos no son de Pereza y de La Cabra Mecánica, son nuestros dos proyectos en solitario mezclados. Creo que es una apuesta romántica: la cabeza y la cuenta bancaria te piden una cosa, pero el corazón te obliga a hacer otra», contaba Lichis en Efe Eme.
Texto: Carlos H. Vázquez (Efe Eme)