Si alguien ha sabido reflejar en 2019 esa esencia de rupturismo y reallness que nos cautivó de artistas como Dellafuente, ese ha sido Morad. En cada uno de ambos hay algo del otro; y no es precisamente explícito (Morad bebe sobre todo del rap francés y Dellafuente continúa su aventura por los derroteros del rock contemporáneo), pero ese algo es innato e innegable.
Tras su incursión en estilos alejados de lo “urbano” junto a artistas pop-rock como Novedades Carminha o Linn Cortés, Dellafuente vuelve a ser (de forma renovada) el Chino de “Azulejos de Corales”, de “Consentía”. “Dineros”, producido por el francés Mems, supone la fusión perfecta entre primera y segunda ola urbana.
Hacer música “por el money”, como canta Morad en muchos de sus tracks, no es incompatible con poner por encima otros bienes no materiales como la familia, una idea que siempre ha acompañado a Dellafuente.
“Dineros” habla de la importancia del amor por encima de los billetes, y lo hace ahora que esa primera escena ya ha conseguido en buena medida poder vivir de la música y a la vez dignificar el hecho de querer cheles a cambio de su obra.
El vídeo, editado por el propio Dellafuente -al que por fin vemos sin gafas de sol en la mayoría del metraje-, refleja de una forma acertadísima ese alegato primigenio al DIY y al hacerlo a su manera, sin grandes equipos de grabación ni permisos de rodaje. A través de imágenes cotidianas vienen a enseñar la veracidad de la letra de la canción, con los protagonistas acompañados de personas de las que se rodean para trabajar como Antonio Narváez o Kokos.
El beat de Mems así como los paisajes del videoclip ponen sobre la mesa otro punto importantísimo en los comienzos y desarrollo de este escenario urbano ahora establecido: Granada y la influencia de diferentes folklores y culturas como la musulmana.
Lo valioso de cantar a lo bonito que es el dinero es saber que en cualquier momento se puede escapar.
Alicia Álvarez