Cumplida una década de carrera, Sidecars echa la vista atrás. La banda madrileña publicaba hace 10 años su segundo álbum, y son esos dos primeros trabajos con los que irrumpió ruidosamente en el paisaje del rock indie los que ahora rescata en su versión vinilo. Sidecars (31 de enero a la venta) y Cremalleras(14 de febrero a la venta) vuelven a las tiendas en su modalidad más apreciada por nostálgicos, coleccionistas y amantes de la buena música.
Fue en 2008 cuando Juancho, Ruly y Gerbass se plantaban con su primer trabajo, avalado por una incipiente carrera sobre los escenarios. Producido por Leiva y grabado en Madrid, aquel Sidecars que ahora regresa en vinilo contenía 11 píldoras de espíritu stoniano. Se declaraban herederos de Tequila y Burning, una saga que siguió con Los Ronaldos y se extendió con Fito o Pereza.
De sorprendente solidez, compatible con una frescura poco habitual, la banda se hizo un hueco con canciones como El jugador, un single de rotundo estribillo, junto a otras como Ya no tengo problemas, Muy bien o Mundo frágil. Con colaboraciones de los entonces todopoderosos Pereza (Rubén en la mandolina y Leiva en los coros y algunas guitarras) y la buena labor de César Pop al Hammond y los pianos, Sidecars facturó un álbum sin fisuras, un estupendo ejercicio de pop-rock, de canciones construidas como mandan los cánones y con el desparpajo necesario para esperar lo mejor de una banda con espíritu de carretera. El disco sirvió en bandeja premios como el de la Música al Mejor Álbum de Rock Alternativo y La Noche en Vivo al Mejor Grupo Revelación.
Cremalleras llegó casi dos años más tarde, en agosto de 2010, de nuevo con la producción de Leiva. Fue el trabajo de su consolidación como una de las bandas más sólidas del rock español. En él se atrevieron más con las letras, con las músicas, con las instrumentaciones… Más Byrds o Tom Petty, para complementar ese aire de rock madrileño al que nunca han renunciado. Es un álbum con magníficas canciones bien construidas, como ese Fan de ti que fue elegida como sintonía de campaña de unos grandes almacenes. OChavales de instituto, Merecido, Pastillas de colores, Llueve, Miénteme… Los temas sostienen un Cremalleras que se defiende por sí mismo, una exitosa transposición en disco de un grupo eminentemente de directo.
Fueron Sidecars y Cremalleras el comienzo de una carrera que permanece más vigente que nunca 10 años después, el inicio de una década en la que alumbrarían discos tan rotundos como Fuego cruzado, Contra las cuerdas y Cuestión de gravedad. Ahora, con más de 12 años de carrera a sus espaldas, y mientras trabajan en un nuevo disco que saldrá próximamente, recuperan sus dos primeras obras, dos discos que bien merecen una revisión con los ojos de 2020.