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Chano Domínguez y Niño Josele, por primera vez juntos sobre un escenario. Ocurrió la noche del martes en Vitoria, en el Festival de Jazz, lugar elegido para iniciar una gira internacional que les mantendrá unidos hasta noviembre. El resultado fue el perfecto maridaje que imaginó Fernando Trueba cuando decidió que la inspiración jazzística de Domínguez y el arte flamenco Josele estaban condenados a entenderse. En Vitoria saltó la chispa, la misma que incendió el estudio de grabación cuando ambos se encerraron para alumbrar Chano & Josele, el nuevo proyecto de Calle 54 Records, el sello del cineasta y productor discográfico.
“Cada uno por su lado y los dos juntos: el tándem perfecto”, narra la crónica del concierto de El País. “La música de Chano & Josele fluye sin sobresaltos, naturalmente. No hay delicia mayor que dejarse llevar por la corriente de un río que conduce de John Lewis a Michel Legrand, y a Jobim, y termina desembocando, claro está, en Paco de Lucía”.
Vitoria marca el inicio de un camino con paradas en Almuñécar, Peñíscola, Barcelona, Pamplona, Sevilla, Málaga o Granada. Y con incursiones internacionales como Marciac, en Francia, y Cali, Pasto, Medellín, Barranquilla y Bogotá, en Colombia, para cerrar en el Bankside Globe Theatre de Londres.
Tanto Niño Josele, nacido en 1974 a la vera del Mediterráneo, como Chano Domínguez, que creció desde 1960 a orillas del Atlántico, han bebido del flamenco y se han empapado de jazz. Cada uno por su lado. Y cada uno a su aire. Chano, que a finales de los años setenta militaba en una referencia del llamado rock andaluz, el grupo Cai, antes de irse adentrando en el jazz con Hiscadix, heredó de su padre la afición al flamenco; Josele, descendiente de tocaores y cantaores, a quien el suyo puso una guitarra entre las manos con seis añitos, ya andaba por los treinta cuando descubrió al pianista Bill Evans y se metió de cabeza en el jazz, en un amoroso aprendizaje de armonías y progresiones, que le ha llevado a tocar con Phil Woods, Chick Corea, Marc Johnson…
La feliz confluencia de los dos artistas parecía guiada por una fuerza invisible, que hacía buscar al pianista de jazz la tradición flamenca paterna mientras el guitarrista rebuscaba en la esencia jazz que exploró en discos como Paz. Chano & Josele es el testimonio de esa cita con la música, porque, como escribe Fernando Trueba en la contraportada del álbum, la música es “el idioma de la emoción, el único esperanto”. Se pudo comprobar con Bebo Valdés y Diego El Cigala, en aquellas Lágrimas negras que Trueba convertiría en un fenómeno internacional avalado por medios como el New York Times y corroborado con ventas de cientos de miles de ejemplares.
La mano de del cineasta –productor ejecutivo con Nat Chediak–, se nota en el repertorio del álbum. Su huella está en una selección de obras brasileñas que nunca resultan obvias. Por ejemplo, las dos delicadas composiciones del maestro Jobim, Luiza y Olha María. Y la Rosa, del ilustre Pixinguinha, recordada hace unos años por Marisa Monte, o la inesperada, y más antigua aún, de 1912, Lua branca, de Chiquinha Gonzaga, pionera de la música popular de Brasil. Chano y Josele tocan al Michel Legrand de los Paraguas de Cherburgo –su J´attendrai– y Two for the road, pieza que Henry Mancini compuso para otra película de mediados de los sesenta, y también grabada por dos grandes músicos: Charlie Haden y Pat Metheny. Los estadounidenses la tocaron con cuerdas de guitarra y contrabajo mientras que los andaluces la han llevado a las cuerdas de la guitarra y el piano.
Fechas confirmadas:
19/7 Almuñecar – Festival Jazz en la Costa
31/7 Barcelona – GREC
2/11 – Pamplona – Audiotorio Baluarte
7/11 – Cartagena – Festival de Jazz de Cartagena
8/11 – Sevilla – Teatro de la Maestranza
9/11 – Malaga – Festival de Jazz
21/11 – Vilanova – Audiotior de Vilanova