Manolo García ya forma parte del patrimonio emocional de todos nosotros. Creo que eso es lo mejor que se puede decir de un artista. Solo los muy buenos consiguen que su obra se filtre hasta nuestros huesos y que con solo escuchar un compás de alguna de sus canciones, nos cambie el humor para bien, se conecten un puñado de buenos recuerdos y la vida parezca mejor , que buena falta hace. Manolo está en ese grupo de escogidos. Se lo ha ganado a pulso, sin buscarlo (como se ganan bien las cosas), a base de pasión, de oficio y de muchos año siendo coherente y constante. Porque los buenos son muy perseverantes, van a lo suyo y no paran de currárselo por si alguien cree que los méritos van cayendo del cielo como si tal cosa. Siempre están ahí. Se toman un tiempo para respirar pero no pueden vivir sin el escenario y sus canciones. Nosotros, sus seguidores, solo podemos celebrarlo y esperar que eso no termine nunca. Yo no quiero que las cosas buenas terminen. Yo quiero que Manolo componga y cante hasta el fin de los días.
Yo me “enamoré” de él, en un concierto de El Último de la Fila a finales de los ochenta en Reus. ¡No había visto nada parecido en mi vida!. Cuando terminó, yo sabía que me tenía ganado para siempre. Los disfruté mucho, lloré cuando se separaron (uno de los peores días de mi vida) y volví a ilusionarme cuando Manolo decidió dar el salto mortal de su carrera en solitario. Él no se acordará, pero le vi tomado un café a la puerta de un cine, a pocos días de empezar su nueva carrera. Le noté algo nervioso y le pregunté cómo se sentía. “Pues aquí, a ver qué pasa”, me dijo. Volvió a sorprenderme su modestia. Era el ciudadano Manolo, como usted y como yo, que sufría ante el examen que suponía mostrarse sin su compinche Quimi. Y le salió bien. Bien no, muy bien. Es como si la gente, su público, le dijera, “mira Manolo, nos lo has hecho pasar tan bien, te valoramos y te queremos tanto que te vamos apoyar en lo que sea. Danos más de lo tuyo. Esa poética tuya, tu caracoleo rockero, tu luz, tu intemporalidad., tu visión casi pictórica de la música. Danos eso y no te preocupes por nada. Si tú estás bien, nosotros estamos bien”. Y eso es lo que ha sucedido hasta ahora. A veces, los planes salen bien. Y, ahora mismo, no hay mejor plan que ver a Manolo García en directo.
ANDREU BUENAFUENTE 2017
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