El 16 de octubre de 2012, Melocos publica Mientras el mundo explota. Es su quinto disco y, como la banda explica, “ha tardado casi tres años en llegar. Con las canciones escritas en tres locales de ensayo, recoge perfectamente todo lo que nos ha ocurrido durante el proceso de composición de todas las canciones, tanto a nivel global como personal”.
“Ahora que la primavera cerró por liquidación, el dinero es lo que queda y nadie pide perdón. Ahora que dudar pasó de moda, ahora sálvese quien pueda. Y cierra la puerta por fuera”. Es el final de Ahora, la canción que abre Mientras el mundo explota y que podría reflejar el contexto en el que Melocos ha compuesto y grabado el álbum. Producido, grabado, mezclado y masterizado por Óscar Clavel, Mientras el mundo explota es la obra mayor de Melocos, un álbum que, sin duda, marca un punto y aparte en la importante carrera de la banda de Puerto de Santa María por su variedad, su consistencia y su inspiración. Un gran paso adelante, diríamos que definitivo, que sitúa a Melocos por derecho propio en el centro de hueco que bandas como Pereza o El Canto del Loco han dejado en la escena musical española.
Para abrir boca, sorprende la contundencia stoniana que abre el disco con Ahora, una excelente canción, rock por derecho con un gran balance rítmico, un swingueante desparpajo y ese descaro que puede recordar levemente a Pereza. Un esperanzador comienzo de álbum que da paso a Noviembre para confirmar la madurez de Melocos a la hora de desarrollar las canciones. Acústica, con un Jaime Terrón cantando como nunca y unos coros estupendos para embocar un medio tiempo muy sólido, lírico y con unos arreglos que reflejan muchas horas en el local de ensayo y el indiscutible avance de los cinco Melocos como instrumentistas.
El disco continúa con el primer single Pensando en vos (Top 10 de canciones más vendidas en iTunes), que se abre con piano para crecer en una poderosa balada-medio tiempo de aromas clásicos, una canción-himno intemporal e intergeneracional con vocación de permanencia. Después, A matar marca el contraste rítmico en un tema saltarín, con estupendos arreglos de metales, tocado y cantado con desgarro, mientras Notas al aire es una de las canciones más originales, contrastadas y diferentes del disco, de buen tratamiento rítmico que desemboca en un estribillo de ritmo vivo.
Dormida, con la colaboración de la venezolana Georgina, vuelve a cambiar el ambiente del álbum en un medio tiempo inspirado, bien desarrollado y con un ejemplar tratamiento del estribillo. Pop de altura que da paso a Cada amanecer, más entroncado en el rock, mientras 90 conciertos tiene aromas fronterizos en la trompeta inicial en una canción que se mueve por terrenos rítmicos del country-rock suave con aliento pop.
En la recta final del álbum, Un millón de cosas es el tema que quizá más se acerque al brit pop, siempre desde la mirada de Melocos, Nieve es una balada rítmica también destinada a convertirse en himno y, para cerrar, Calle Mayor es otra sorpresa por la presencia importante del piano, por el tratamiento rítmico, por su aire melancólico y por su originalidad dentro del mundo Melocos.
Son las canciones de Mientras el mundo explota, que en formato CD obsequia la posibilidad de acceder a backstage en cualquiera de los conciertos de Melocos y conocer al grupo en persona. En formato digital, el álbum añade dos canciones producidas y grabadas por la banda en su local de ensayo.