Serrat y Sabina tenían una bala en la recámara antes de su traca en Madrid y Barcelona. Como aperitivo, presentan la versión en vinilo de La orquesta del Titanic, uno de los tres álbumes que han alumbrado al alimón dos singulares talentos de la música hecha en nuestro país. El 17 de enero se edita en vinilo este álbum que este 2020 cumplirá ocho años, un lanzamiento en vísperas de la serie que los llevará cuatro noches al Wizink Center madrileño y una quinta al Palau Sant Jordi de Barcelona.
La orquesta del Titanic? es un álbum compuesto y grabado en estrecha armonía por Serrat & Sabina, un trabajo que recogió la esencia de Dos pájaros de un tiro, su primer disco conjunto, aunque en esta ocasión con material inédito. Si el de 2007 era un reflejo de la gira que habían realizado previamente por España y Latinoamérica, el Titanic era el preludio de la que estaba por llegar. Ahora vienen de recorrer Argentina, Uruguay, Paraguay, México y Costa Rica con un nuevo tour, No hay dos sin tres.
El 20 y el 21 de enero estarán Serrat y Sabina en el Wizink Center de Madrid. Volverán al mismo escenario ya en febrero, los días 11 y 12, pero antes, el próximo 25, harán escala en Barcelona (Palau Sant Jordi). En los últimos meses han pasado por un puñado de países de Latinoamérica, donde han engrasado una gira que les ha puesto por tercera vez juntos sobre un escenario. Sobre sus tablas comparten canciones y las intercambian en un repertorio impar, arropados por una cuidada producción. Nuevamente el público tiene una excusa perfecta para disfrutar de grandes canciones de la mano de dos piratas, primos y hermanos.
Grabado entre Madrid y Boston y arropado por la exquisita producción de Javier Limón, La orquesta del Titanic es un álbum inspirado en letras y músicas que Sabina definió en unos pocos versos: “Aunque dicen que segundas partes nunca fueron buenas, cuando corren por las venas emociones iracundas, sugerimos que no cunda el pánico en la afición; traemos un corazón afinado con la gente que canta a contracorriente del mercado su canción”. Y añadía: “Que no se amansen las fieras si, antes de que en primavera, muera el último suspiro, dos pajarracos de un tiro vuelven a la carretera”.