Para celebrar el 40 aniversario de “Vivir así es morir de amor” y del álbum Sentimientos (más de 13 millones de discos vendidos), el 14 de septiembre se publica un maxi single 12” en vinilo y en edición limitada con una reinterpretación de la canción realizada a partir de las cintas originales del multipistas de 1978. Quien mejor para encargarse de ello que Guille Milkyway, líder de La Casa Azul y uno de los mejores productores, DJ y compositores de las últimas generaciones, convertido además en unacelebrity para el público millennial gracias a su participación como profesor de Cultura musical en la última edición del fenómeno OT. Guille es además autor de muchos de los éxitos de Fangoria, del himno“La revolución sexual” y tiene en su haber un Goya a la mejor canción por la banda sonora de “Yo también”.
Estará disponible en plataformas digitales y en una edición limitada en formato vinilo maxi single que reproduce la portada original de 1978.
Guille Milkyway ha realizado un rework (nuevas mezclas utilizando todos los elementos originales de la canción) con una visión contemporánea pero dándole un toque disco como si de una remezcla realizada en 1978 se tratase. El resultado no puede ser más acertado para una canción tan icónica. Conserva el espíritu original pero suena con la pegada de una canción actual. Candidata a convertirse en una de las canciones más pinchadas en los clubs y locales de toda España y lista para arrasar en el mundo indie ymillennial tan devoto de La Casa Azul.
Su admiración por Camilo se puede ver en este texto realizado para la ocasión:
“Camilo Sesto es una pieza clave en la historia de la música pop en español, un músico excepcional que definió el sonido de la canción romántica, sentó las bases de la música melódica española y la proyectó internacionalmente con una potencia nunca antes vista. Es junto a Julio Iglesias, Raphael y Nino Bravo la voz de una generación que ha trascendido a su época y ha influido a muchísimos artistas más allá incluso de su género. Su talento vocal pero sobretodo su pericia interpretativa son únicos. Su dimensión tanto de compositor como de productor ha estado muchas veces eclipsada por su faceta interpretativa, pero es lo que le conforma como un artista total y le hace tener un status especial en la música en español.
“Vivir así es morir de amor” es la canción pop total. Desgarradora, épica, melódicamente insuperable, llena de elementos inolvidables, universal. Técnicamente la canción es redonda. Resulta irresistible porque todo cuadra, es un puzle perfecto. A partir de esta canción, el amor no correspondido deja de ser algo con lo que uno cargue a sus espaldas en soledad para convertirse en un sentimiento que se pueda incluso celebrar en multitud. Y esto es profundamente transformador. Puedo estar llorando y sufriendo lo indecible, pero lo voy a cantar con toda la fuerza y la épica posible, a los cuatro vientos. El perdedor convertido en ganador.”
Es una canción que ha trascendido porque es perfecta, como decía antes. Además hay ahí un elemento de “universalidad” innegable que funciona a todos los niveles, con el que todo el mundo se siente identificado. Camilo canta “siempre me voy a enamorar de quien de mí no se enamora” de forma innegablemente directa y con una contundencia radical. ¿Quién no se ha sentido así alguna vez?, y más importante aún… ¿Quién no ha querido cantar la injusticia e impotencia de ese sentimiento como si le fuera la vida en ello? Y de pronto, con el paso de los años uno ya no solamente se siente identificado y lo puede cantar a pulmón abierto sino que puede compartirlo con una muchedumbre, en un acto de liberación cósmica como resulta cantar una canción así en un karaoke. Los ganchos líricos son infalibles, como decíamos antes. Ese “melancolía” era algo que uno podía percibir desde el primer momento que iba a perdurar eternamente en la memoria colectiva durante muchas generaciones.
Ha sido un privilegio el tener acceso a las tripas de una de las mejores canciones de la historia de la música española moderna y comprobar desde dentro la perfección en la elaboración de cada una de las piezas del puzle. Para alguien como yo, fascinado por este tipo de cosas, es algo que no tiene precio. Obviamente, cuando algo es perfecto, no hay posibilidad de mejorarlo, así que esa nunca fue mi intención. Lo único que me interesaba era que parte de ese brillo interior de cada pieza de la canción fuera más visible desde fuera, conseguir que la canción ya no solamente brillara como un todo sino también como un conjunto de piezas perfectas. Intentar que no se perdiera ni un solo arreglo, ni un solo matiz de la voz, abrir un poco el sonido, dotar de un plus de intensidad a cada elemento. Que el conjunto funcione pero que también lo haga cada elemento por sí solo.
Siempre he pensado que “Vivir así es morir de amor” era en esencia una canción disco. Desde luego, tanto el groove en la interpretación instrumental, los coros puramente funk-soul (a cargo de Andrea Bronston, Linda Wesley y Sergio Fachelli), como el punch de los arreglos orquestales (que Pérez-Botija había ya desarrollado en su plenitud con su trabajo en los discos de “The Flowers Orchestra” y otros), la sitúan en un lugar no muy alejado de los discos de Barry White u otros intérpretes contemporáneos de la escena disco funk anglosajona. Por otro lado, en Estados Unidos era bastante habitual que muchas canciones pop, incluso dentro del ámbito de la música melódica romántica, tuvieran mezclas explícitamente elaboradas para poder sonar en las pistas de baile (como las míticas mezclas de Tom Moulton o John Luongo), y creo que aquí en España siempre hubo algo de vacío en este sentido, una especie de “gap” entre estilos, que poco a poco fue alejando las escenas y alejando la música “romántica” de la pista de baile. Esta primera época dorada de la música disco, además, el sonido orquestal era un elemento clave de estas producciones.
Yo me dedico a la música porque me fascina el sonido, los arreglos, la forma en la que se encajan las piezas de una canción pop. Y creo que la década de los 70 es la época dorada de la música melódica española. Las producciones de esa época son inigualables. Y, como decía, poder disponer de las pistas de las sesiones originales ha sido un poco como poder estar presente, casi in situ, en una grabación histórica. Me pasé noches escuchando cada pista en solitario durante horas, por ejemplo el aire totalmente negro y soul de los coros femeninos en los “ya no puedo más”, el groove del hi hat de la batería… Fue muy emocionante, algo indescriptible para mí.
GUILLE MILKYWAY 2018
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