La carrera musical de Victoria Riba ya está en marcha. Con 19 años recién cumplidos, y tras llamar la atención de Alejandro Sanz con unos cuantos vídeos en YouTube, la joven de Tiana acaba de poner a la venta Mírame, canción que da título al que próximamente se convertirá en su primer álbum tras su fichaje por Sony Music.
Como casi todo el disco, Mírame es un tema de la propia cosecha de Victoria Riba, que destaca tanto en la composición como con su poderosa voz: una voz blanca pero con emoción negra. Este primer adelanto del álbum es un medio tiempo que trata de una joven que se resiste a ser abandonada por su chico, una pieza romántica que encaja en un puzle de 12 canciones que la propia Victoria solo puede calificar de amor.
El azar jugó un papel determinante en su despegue. Una compañera de instituto, hija del que ahora es su manager, Juan Estrada, involucró a Alejandro Sanz en el proyecto gracias al efecto inmediato que le causaron sus vídeos en Internet. Alejandro la invitó a componer y a cambiar el inglés por el castellano, y así fueron saliendo las canciones de un álbum que la joven poni define como una mezcla de pop y dance. Christina Aguilera, Beyoncé, Mariah Carey, Whitney Houston, Alicia Keys o Leona Lewis no son solo sus referentes delante del micrófono, sino también los de sus canciones, que se amontonaron en su cabeza en cuanto cogió el papel y el bolígrafo para escribir.
Victoria Riba creció rodeada de música. A los nueve años comenzaba a dominar el piano y a crear sus primeras canciones. No abandonaría este instrumento, que toca en todas los temas de su disco de debut. Como teclista formó parte de su primer grupo junto con sus hermanas y dos amigos. Y es a los 11 años cuando se siente repentinamente fascinada por el canto y lo comienza a practicar de una forma totalmente autodidacta hasta que cumplió los 16, cuando llegan sus primeras clases.
Todo ese bagaje explota en su disco de debut, grabado en los estudios Vista Music de Barcelona y producido por Isaac Luque, un disco en el que todos los elementos se ponen al servicio de una voz excepcional. Valga como ejemplo la arrabatadora elegancia de Mírame, primer paso de una prometedora carrera musical.
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